Thursday, May 16, 2013

LA CRUZADA DE FATIMA DE LUXE :EPISODIO 1

Eventos Inesperados

Era una mañana muy especial para la joven Fátima: a sus quince años ella tenía el enorme honor de ser la primera mujer que llevaría la bandera del colegio San Norberto. Ella estaba muy animada y algo nerviosa, ya que la ceremonia invitaba a otras escuelas a participar en una marcha por la paz mundial. La televisión local cubriría el evento, por lo cual se levantó a las cinco de mañana y se dedicó no solo a arreglarse sino también a despertar a todos los miembros de su familia.

"¡Ya es la hora! ¡Levántense todos!", gritaba Fátima en la habitación de sus progenitores. Su padre se tapó con una almohada mientras que la madre se levantaba pegando un gran bostezo. Al llegar a la habitación de su hermano Dieguito, se dio cuenta de que estaba profundamente dormido.

"¡Oye, despierta!" Decía Fátima la cual lo movía mientras que el menor roncaba profundamente. "¿Sabes que día es hoy?... ¡Es el día en que tu hermanita, la que más quieres en el mundo, se va a lucir frente a millones en la televisión!" El niño abrió los ojos lentamente y la miró fijamente solo para levantar su pequeña mano y enseñarle el dedo del medio diciéndole: "¡No me importaaaaaa...!"

Fátima, molesta y roja como tomate, cogió el colchón y lo levantó con tanta fuerza que lanzó a Dieguito por los aires y este cayó de cara. "¡Cómo le faltas el respeto a tu hermana, descarado!¡Mocoso malcriado!" El niño, con lagrimitas en los ojos, solo decía: "¡Pero si son las cinco y quince!Además, ¿quién te va a ver, si lo va a transmitir el canal del Estado?" La niña, de cólera, le puso el pie en la cabeza y lo comenzó aplastar hasta que la madre la detuvo".

"¡Ya es suficiente, Fátima!¡Contrólate!" Fátima se tranquilizó y se sacudió su uniforme. "Lo dejo en paz, mami. No solo por que tú lo dices, sino porque me está llenando mi uniforme de caspa. ¡Ekkkkk! ¡Ahora me voy a tener que cambiar de medias!" El niño, tirado y adolorido, le agradeció a su madre por rescatarla de su tormento, pero esta, tras un breve un olfateo de su nariz, le ordenó que se bañe."¿Por que me castigan así, si yo soy la victima?  ¡Buaaaaaaa...!"

Ya durante el desayuno, todos estaban tranquilos. La madre había preparado unos deliciosos huevos fritos con jamón, salchicha y tocino. Mientras que el padre de familia  tragaba su comida como si fuera un hipopótamo hambriento, al mismo tiempo  que Dieguito comía su cereal. Fátima, por su parte, solo le pasaba mantequilla orgánica a su tostada integral. Todos estaban alegres, excepto ella ya que, a pesar de su aparente tranquilidad, se decía dentro a si misma : "¡Espero no cometer ningún error!¿Y si mis rivales me sabotean?¡Seguro que al director se le ocurrirá algo para que no marche!¡Qué cojuda que soy! ¿Por qué estoy tan nerviosa y por qué se me mueve el estomago?" Sus pensamientos estresantes le habían causado un pequeño dolor en el abdomen.

"¿Hijita, te sientes bien? Se te ve algo mal", decía su madre preocupada. "No, Mami. Estoy algo nerviosa", contestaba la menor. "Pues, has tenido esos dolorcitos en varios días; si sigues preocupándote así, te va a dar gastritis" Fátima se tocaba el estomago ya que poco a poco se incrementaba el dolor. "¡Mami! ¿Mi hermanita no estará embarazada?", pregunto en tono de broma  Dieguito. lamentablemente eso significo que su hermana lo cogiera del pellejo de la espalda y lo levantara rapidamente por los aire para darle un giro triple y lanzarlo  por los aires para que luego este  estrellarse contra el techo de la sala, Esto significo tambien un susto para sus padres los cuales se preguntaban si su hija había salido con su 9 semanas y media . "¡Pedazo de mocoso malcriado!¡Como se te ocurre decir eso!¡cuando te despegues de alli arriba te dare una paliza!

Fatima estaba furiosa, de pronto algo salio mal, un terrible dolor aparecio cerca de su estomago-  Su sufrimiento se incrementó al máximo. Esto preocupo a sus padres, ya que se dieron cuenta que no era simple cuestion nerviosa. En ese mismo instante Dieguito cayo al piso y antes de que se pudiese levantar, la joven vomito sobre  embarrándolo por completo, y cayó al piso retorciéndose de dolor. En ese momento su hermanito menor no solo se molesto por que lo ensucio, si no por que tambien descubrio que ella era la que había estado robando  sus caramelos

Su familia Inmediatamente la llevo al hospital de emergencias debido al terrible sufrimiento que padecía. Fátima nunca había dicho nada que había tendio  esas molestias tras una mala caída en el colegio y ella se lo había guardado en secreto para asistir al inportante evento . Cuando el doctor la reviso encontró algo peor al ver la piel blanca de su estomago oscurecerse. "¡Ella tiene peritonitis! ¡Hay que operar de inmediato!" El Doctor habló con su familia, que estaba muy preocupada. Lo único que les dijo fue que se haría todo posible y que recen para que todo salga bien.

Durante la operación, Fátima cayo bajo el efecto de la fuerte anestesia; no sentía dolor ni tenía sensación alguna; solamente  soñó. Se vio en un lugar lleno de estrellas, vestida con una manta transparente y andando con los pies descalzos por un camino dorado. De pronto escuchó una terrible explosión que la remeció y la tiró al suelo."¿Qué paso?" De pronto, otras seis explosiones la lanzaron unos metros atrás. Al levantarse, comenzó a ver que alguien se acercaba.

Se trataba de un amigo suyo llamado Christian Gálvez. El muchacho estaba asustado. Fátima, preocupada, le preguntó qué le ocurría. Pero Christian apenas le respondió: "¡Nos están matando, Fátima!" Inmediatamente vio que todos sus compañeros de su escuela llegaban en masa. "¿Qué nos está pasando?", gritaban desesperados, era toda una orquesta llena de sufrimiento."¿Qué diablos pasó, Christian?¡Habla!", le gritaba la niña a su compañero mientras lo sostenía por los brazos.

"¡Fue la explosión!..." Christian le iba a decir más, pero una enorme y monstruosa mano lo cogió de la cintura. Era la de un gigantesco demonio de seis brazos que devoraba, uno por uno, a cientos de menores que gritaban de dolor y sufrimiento mientras eran masticados. A Fátima, que estaba aterrorizada, solo le quedó correr lo más que pudo. Demonios voladores se lanzaban sobre otros menores que querían escapar. Los niños no podían contra la velocidad de los apocalípticos seres que los devoraban como un águila a un conejo.

Fátima no podía más. Cayó al piso esperando resignadamente su final. Pero antes de que la bestia la atrapara, alguien le cercenó la cabeza a esta. Era un bello ángel de cabellos dorados; tenía una espada celestial que lanzaba un aura dorada, e irradiaba una presencia espiritual que resultaba tranquilizadora."¡Ayúdame a salvar a mis amigos!¡Por favor!", le pedía Fátima a su celestial protector. "¡No puedo —le respondió el ángel—, su almas le pertenecen ahora a Satanás!" Fátima quedó pasmada por la respuesta."Sus almas, al igual que la tuya, fueron vendidas al Señor del Mal. Pero, a diferencia de ellos, tu alma no estaba en medio del círculo de sacrificio. Ahora tú eres la única que eres capaz de salvarlos", decía la voz del ángel mientras este la miraba seriamente.

De pronto, la enorme bestia de los seis brazos se paró detrás de ellos."¡Dámela! ¡Ella me pertenece!", gritaba el demonio". ¡Mi Señor, el Creador, me ordenó protegerla, y tú debes acatar su orden también!" El enorme monstruo intentó capturarla, pero el ángel fue más rápido y llevó a Fátima lejos, lo más veloz que podía; sin embargo, eran perseguidos por su enemigo, al cual le habían crecido dos enormes alas. "Escúchame. Yo me llamo Rafael, y puedo protegerte aquí. Pero no puedo hacer nada por ti en la Tierra de los mortales, ya que estás maldita. Ellos te haran perder todo hasta lo que menos te imaginas... ¡Pero tú jamás debes perder la fe!"

El ángel se situó frente a una gran puerta de luz y le dijo a Fátima, que no terminaba de entender lo que ocurría: "Pero Nuestro Señor no te dejará sola, hija mía. Él te enviará un protector mortal que te ayudara no solo a salvar tu vida, sino a salvar las almas de tu compañeros. Ahora, lo importante es que, a pesar de todo lo que te pase, te mantengas con vida". Fátima, asustada, lo miró a los ojos y le preguntó: "¿Pero, qué tengo que hacer?" El celestial ser le contestó: "Él estará a tu lado cuando despiertes". En ese momento, la bestia demoníaca se paró frente a ambos y se lanzó al ataque. Rafael empujó a la niña, que cayó en un círculo de luz, a la vez que el guerrero sacó su espada y se lanzó al combate.

"¡Doctor!¡Ya volvió a latir su corazón!", decía uno de los asistentes que estaba con los desfibradores en la mano. El doctor se secaba la frente, su nerviosismo le había hecho sudar. "¡Gracias a Dios!¡Hubiera sido horrible para mí tener que decirle a sus padres que su hija había muerto!" Una de las enfermeras que vigilaba los signos vitales confirmaba que todo había vuelto a la normalidad. "¡Con tanto esfuerzo que estamos haciendo, espero que ella no termine bailando en el tubo de algún cabaret dentro de unos años!", decía el anestesiólogo con mucho sarcasmo.





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La cruzada de Fatima by Alonso Rodrigo Carrasco Molina is licensed under a Creative Commons Attribution 3.0 Unported License.

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